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La última entrada del año

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El año empezó con un trabajo nuevo y perdiendo el antiguo dominio donmingo.blogspot.com que todavía no he conseguido recuperar. El año acaba con una sucesión de buenas noticias. Primero vendí el apartamento. Ciertamente me dio algo de pena y desde el punto de vista económico me hubiera convenido seguir alquilándolo. Sin embargo, las malas experiencias recientes así como el deseo de la búsqueda de tranquilidad y poder dedicarme al completo a la mía, prevaleció al final. Luego y como consecuencia de lo anterior, cerré la cuenta con Liberbank. El trato ha sido penoso y solo los problemas para firmar digitalmente la hoja de reclamaciones que allí presenté han impedido que registre la misma en la web de la Junta de Andalucía. Y por último o más bien entre medias, llegó la noticia que promete poner patas arriba mi vida en los próximos meses. Una noticia que hace todavía más importantes las anteriores pues habré de centrarme en este proyecto como hace mucho que no me centro en ningún ot

Mala Persona y tonto

Esta semana he bloqueado a la primera persona en Whatsapp. Se trata de mi antiguo inquilino, el mismo que me destrozó el apartamento y que tuvo que marcharse por no pagar. El mismo que me mintió mil veces diciendo que nunca olvidaría lo bien que lo había tratado, que me pagaría lo que me debía, que arreglaría los desperfectos ... etc. Esta vez me envió un mensaje diciendo que era mala persona, que mis mentiras y las de mi abogado habían causado que él estuviera viviendo en la calle, con seis hijos que mantener y mil deudas. Hasta comentaba que se lavaba en el mar. Así mismo manifestaba su creencia en Dios y en el carma (sic) y en que al final todo acabaríamos en nuestro sitio. El mensaje acababa con un " y eres la mala gente que he conocido en esta vida ".  El mensaje, deslavazado e incoherente en muchos momentos parecía haber sido enviado por el alcohol. El mismo alcohol que solía llenar las botellas y botellines de diferente índole que, vacíos, me había dejado en el apa

Schrödinger

El pobre gato, estaba vivo y no vivo a a la vez. Cosas de la cuántica. De la cuántica y de los experimentos teórico/mentales. Sin embargo, esas cosas pasan. Hay cosas que son y no son a la vez. Por ejemplo, puede que algo sea pero tú no lo sabes. Para ti, a todos los efectos, no es. Y sin embargo, es. Claro, cuando te enteras supone un cierto shock. Shock que puede ser mayor o menor, dependiendo de aquello de que se trate. Evidentemente, cuanto más tiempo pase y más tiempo la cosa sea y no sea, mayor será el shock si al final es. Y digo si al final es porque si te encuentras la caja del pobre Schrödinger en tu jardín con, digamos un millón de euros (el pobre gato ya ha tenido suficiente, mejor lo dejamos tranquilo) pues resulta que has estado viviendo durante años con un millón de euros y tú no lo sabías. El shock, sin duda, estará asegurado. En cambio, si abres la caja y resulta que hay un millón de euros en billetes del monopoli ... pues habrá shock igualmente, pero sin duda será

¿Cosas de pillos?

Esta mañana he ido a un gran almacén de la construcción. Como necesitaba comprar algo voluminoso, cogí un carrito. Igualmente, como iba a comprar algo poco voluminoso en un pasillo estrecho, dejé el carrito apartado un par de minutos. Durante ese tiempo me pareció ver una persona con actitud extraña cerca del carro. Pero el carro estaba vacío así que no le di mayor importancia. Conseguí lo que estaba buscando, cogí el carro, terminé de llenarlo con lo que había ido a buscar y pasé por caja. Al llegar al coche, solté la compra en el maletero y fui a devolver el carro. Cuál no sería mi sorpresa al ver que ya no había moneda dentro. Y no una moneda cualquiera, 50 céntimos, 1 ó 2 euros. No, una moneda falsa con la imagen de un carrito que solo sirve para eso. Además es (o mejor dicho era) metálica de forma que la solía llevar en el llavero del coche. De esta forma me aseguraba que nunca me quedara sin moneda para el carro o tuviera que cambiar. Tenemos cientos de cosas inútiles. Gastam

Soy un cuarentón

Es algo que sabes pero de lo que no siempre eres consciente. Hay veces que sí, hay veces que no. Hoy, quizás porque es el primer día del último mes del año, soy consciente de ello. Y soy consciente de que la vida tiene etapas. Imagino que las etapas van también por categorías, puedes estar en una buena etapa personal y a la vez en una mala etapa de salud. O una buena etapa profesional pero una mala etapa familiar. Uno de los vectores a analizar pueden ser los amigos. Amigos de la infancia, amigos del instituto, amigos de la universidad, amigos del primer trabajo, amigos del deporte. No sé a quién le decía yo, o quizás simplemente lo soñaba, que llevaba jugando quince o veinte años con el mismo grupo. Y esta persona me contestaba (cada vez estoy más seguro de que lo soñé) que él recordaba cuando esa cifra era relevante. La persona, frisando los 70, daba a entender que ahora, cuando pensaba en algo parecido, eran 30 ó 40 años los que habían pasado. Hoy me he dado cuenta de que ya hac

El año de los ineptos

Este año está siendo el año de los ineptos. Menos mal que parece que ya se acaba. Empezó con aquellos problemas con las compañías telefónicas, luego con los problemas del seguro y ahora ya estamos con los problemas con los bancos. Esta semana pasada por fin se produjo la firma de la venta del apartamento. Tal como comentaba con unos compañeros de trabajo, hasta ahora he comprado tres casas. Durante un tiempo, de hecho, hubiera podido decidir en cuál de las tres dormir ... de haberme dejado el inquilino. Bueno, al menos en dos. Ahora ya solo me queda una. De haber comprado a precios de crisis, hoy no tendría hipoteca. Pero no es así, en las dos casas que vendí, el precio de venta ha sido sustancialmente inferior al de compra, un 25% o así. Una la compré justo antes de la crisis y otra justo después. Ambas con precios por debajo de los máximos de la burbuja pero muy por encima de los mínimos de la crisis. Sin embargo, la casa actual vino a corregir esos excesos pues la pudimos comprar

Malabares

Ha sido una semana de malabares. Juggling, se dice en inglés. Sin embargo, gran parte de los malabares no ha sido por el trabajo y por eso el título de la entrada está en español. No es que no haya hecho mil cosas diferentes en el trabajo, esa parte ha seguido igual o incluso se ha incrementado esta semana. Pero el factor realmente más disruptivo tenía un origen exógeno. Dicho de otra forma, no venía del trabajo sino que era parte de la vida personal. Especialmente la vida familiar. Mis padres querían vender el coche porque mi padre ya no conduce. Conocer la decisión hace unos meses fue, a la vez, una sorpresa y un alivio. Es una sorpresa porque lo último que esperaba de alguien que ha dedicado toda su vida profesional al volante y cuya idea de unas vacaciones cuando se jubilara era coger el coche y dar vueltas por España. Un alivio porque ya no conducía como solía. El caso es que, sin ser mi coche ni haberlo sido tuve que, en tres días, buscar una gestoría, quedar con un comprador