Malabares

Ha sido una semana de malabares. Juggling, se dice en inglés. Sin embargo, gran parte de los malabares no ha sido por el trabajo y por eso el título de la entrada está en español. No es que no haya hecho mil cosas diferentes en el trabajo, esa parte ha seguido igual o incluso se ha incrementado esta semana. Pero el factor realmente más disruptivo tenía un origen exógeno. Dicho de otra forma, no venía del trabajo sino que era parte de la vida personal.

Especialmente la vida familiar. Mis padres querían vender el coche porque mi padre ya no conduce. Conocer la decisión hace unos meses fue, a la vez, una sorpresa y un alivio. Es una sorpresa porque lo último que esperaba de alguien que ha dedicado toda su vida profesional al volante y cuya idea de unas vacaciones cuando se jubilara era coger el coche y dar vueltas por España. Un alivio porque ya no conducía como solía.

El caso es que, sin ser mi coche ni haberlo sido tuve que, en tres días, buscar una gestoría, quedar con un comprador de Montilla, atender todas las preguntas, gestionar la venta y venir a casa de mis padres a traer el dinero para descubrir que mi hermano (antiguo propietario) estaba en casa. Para variar ...

En fin, seguiría pero me voy a jugar al pádel :-).

Un saludo, Domingo.

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