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Mostrando entradas de septiembre, 2018

Algo habré hecho

¿Qué he hecho esta semana? Es lo que me he preguntado a la hora de empezar a escribir. Y no me he sabido responder. Al menos no inmediatamente. Así que mientras sí o mientras no, he pensado que algo habré hecho. Y ciertamente, algo habré hecho y si no podía acordarme es simplemente porque han sido muchas cosas. En el trabajo la semana ha sido de esas de no parar, de crecimiento de enanos, de imprevistos y de no parar ... Eso había escrito la semana pasada hasta que la Raspberry Pi se colgó. Creo que por tener en otra pestaña el pádel que estaba viendo mi hermano esperando la reanudación de la competición. No recuerdo muy bien lo que seguía. Pero creo que era algo así como que había terminado de poner un calentador, había jugado al pádel un par de veces, había arreglado un par de cosas en el apartamento ... sin embargo, había llegado el sábado y, de primeras, no se me ocurría nada. Lo único claro es que algo debía haber hecho puesto que una semana no se pasa así como así. Esta s

Quería tener perspectiva

Hace trece años escribí una entrada en el blog. Escribí muchas y de ninguna me acordaba. Quizás, ahora que escribo menos en el blog es hora de que lo leyera más. En este caso, deseaba tener perspectiva. Acababa de comprarme un piso, acaba de firmar mi primera hipoteca y no sabía que me depararía la vida. No sabía qué nos depararía la vida. Me preguntaba si era el piso correcto, la hipoteca correcta ... etc. Trece años después sé que, al igual que Dios escribe recto con renglones torcidos, aquel era el piso correcto en el lugar y el momento equivocado. En 2005 estábamos a 2-3 años del inicio de la crisis. Los precios eran muy altos. Financieramente me hubiera convenido esperar. Sin embargo, cuando compramos la casa y nos casamos, fue precisamente ese piso el que permitió que la operación se pudiera llevar a cabo. Además, durante un tiempo pude desgravarme la hipoteca. Por último, también he tenido alquilado el piso durante unos cuantos años y eso me ha permitido pagar los gastos (aunq

Cosas de hermanos

Llevaba tiempo queriendo probar una Raspberry Pi. Ese pequeño ordenador del tamaño de un paquete de tabaco con el que ahora juega a las cartas mi padre. Usaba hasta ahora un ordenador pequeño que tendría seis o siete años y que murió. Para el uso que quería, una Raspberry Pi era una opción perfecta. Hoy otras opciones por ahí, incluso alguna más potente, pero la verdad es que ni siquiera me acordé de mirarlas. Directamente busqué en Amazon algún Kit que ya incluyera todo. Compré el más popular. 80 euros. Es un ordenador barato con potencia suficiente como para estar reproduciendo en youtube la semifinal femenina del World Pádel Tour mientras escribo aquí sin problemas. No sé si es necesario aclarar que no la he comprado para mí. Si hubiera querido una, la hubiera comprado hace tiempo. Nunca le encontré la utilidad de centro multimedia que es la más popular pues tengo el ordenador directamente conectado al televisor y casi nunca veo televisión. Al igual que la cinta de correr, que tam