Normalidad
La semana pasada fue la primera semana del año sin festivos. Se puede decir que fue la semana de la vuelta a la normalidad. Así pues, esta quizás pudiera considerarse como la primera semana simplemente normal, sin festivos en la anterior, sin festivos en la siguiente. Al menos con festivos de carácter nacional.
El caso es que para ser una semana normal han pasado algunas cosas. Otras, en cambio, simplemente no han pasado. No ha pasado por ejemplo que hayan liberado el dominio antiguo. No ha pasado que quien muchas veces haya incumplido sus promesas, las haya cumplido ahora. No ha pasado que haya sido una semana anodina sin que nada pase. Siempre pasa algo.
Ha pasado que hay quien ha recibido un "Strike three" y ha sido eliminado. Ha pasado que parece haber muchas personas inteligentes con poca inteligencia emocional. Ha pasado que hay muchas personas listas, que son poco inteligentes. No sé cómo alguien puede arriesgar un buen puesto de trabajo en el que se ha depositado una gran confianza en ti por algo que podríamos llamar simplemente ocurrencia aunque realmente no es sino un abuso sin sentido que no te va a proporcionar más que una cantidad irrisoria de dinero.
Hay cosas que pasan y cosas que no. Un día más y un día menos, dice mi madre con esa misma sabiduría popular que le lleva a decir que el miércoles "la semana está partía". Un compañero, joven compañero, treinta y pocos, pronosticaba que en diez años el desempleo camparía a sus anchas porque todos los trabajos los harían máquinas. Otro compañero, más veterano, criticaba el nihilismo de esta sociedad y razonaba que en diez años simplemente habrá otros empleos al igual que siempre los ha habido con cualquier revolución industrial.
Para mí lo realmente triste es que el nihilista fuera el joven. O quizás lo es porque, estando yo en medio en el rango de edades, coincidía con el mayor. En cualquier caso, recordé aquello de que sobreestimamos lo que se podrá avanzar en los próximos 50 años pero subestimamos lo que se puede avanzar en los próximos 10. O quizás es al revés. Creo que ambas pueden ser aplicables. Nuestros pronósticos se quedan muy cortos en áreas donde no tenemos ningún conocimiento y muy largos en áreas que creemos que conocemos. Es normal. Lo que no sería normal es que durante la semana normal no hubiera pasado nada relevante al menos desde el punto de vista personal.
Un saludo, Domingo.
Comentarios
Publicar un comentario