Otra diplomatura
Hay momentos en la vida en los que cursamos primero de una nueva diplomatura. Muchas veces en asuntos económicos. Pasó cuando subió el euribor justo antes de la crisis, con la prima de riesgo, los techos de gasto y tantas otras. Pero en realidad se puede decir que pasa cuando que nunca se había puesto de actualidad, lo hace.
En muchas casas pasa con los hijos, de repente todos los padres primerizos hacen primero de pediatría. Sobre todo las madres, hay que reconocerlo. En otras pasa con el bricolaje o la jardinería. En otros con la cocina. En mi caso, a falta de hijos y habilidad con el bricolaje, mis pequeños másteres han sido en jardinería y en veterinaria.
La anatomía animal es ciertamente parecida a la humana. Las rodillas tienen ligamentos y hasta ligamentos cruzados que se rompen como los de los atletas humanos. Decía el veterinario que el cruzado roto era de deportistas o de sinvergüenzas. De perros deportistas o perros sinvergüenzas, se sobreentiende. En humanos no creo que la cosa sea demasiado diferente. O gente haciendo deporte o gente haciendo el cafre. Quedaría quizás el tercer caso aplicable a ambos, el de la mala suerte. Una mala pisada, un mal gesto ...
Otras dolencias no tienen tanto que ver con la anatomía sino con el uso que de ella se hace. Por ejemplo, los perros pasean por el campo y se clavan espigas y espinas en las patas, entre los dedos (claro, no llevan zapatos) pero también les entran en los oídos. Sinceramente no sé qué podríamos hacer nosotros para acabar con espigas dentro de nuestros oídos.
Por último, por supuesto que están las dolencias propias. Por ejemplo, las pandemias de Leishmaniosis, tan común en algunas zonas y la última en llegar al hogar, el oto-hematoma o hematoma auricular canino. La verdad es que es una visión un tanto desconcertante. Ves la oreja completamente inflamada y hasta el cartílago doblado y resulta que "solo" es una enorme bolsa de sangre. Y además causante es la propia can que no para de rascarse por culpa de posibles alergias o por las secuelas que la Leishmania tiene en su piel.
En fin, cuando tengamos aprobado primero de Veterinaria empezaremos con alguna otra. ¿Cuál? Ya lo veremos, dejemos que la vida nos sorprenda.
Un saludo, Domingo.
En muchas casas pasa con los hijos, de repente todos los padres primerizos hacen primero de pediatría. Sobre todo las madres, hay que reconocerlo. En otras pasa con el bricolaje o la jardinería. En otros con la cocina. En mi caso, a falta de hijos y habilidad con el bricolaje, mis pequeños másteres han sido en jardinería y en veterinaria.
La anatomía animal es ciertamente parecida a la humana. Las rodillas tienen ligamentos y hasta ligamentos cruzados que se rompen como los de los atletas humanos. Decía el veterinario que el cruzado roto era de deportistas o de sinvergüenzas. De perros deportistas o perros sinvergüenzas, se sobreentiende. En humanos no creo que la cosa sea demasiado diferente. O gente haciendo deporte o gente haciendo el cafre. Quedaría quizás el tercer caso aplicable a ambos, el de la mala suerte. Una mala pisada, un mal gesto ...
Otras dolencias no tienen tanto que ver con la anatomía sino con el uso que de ella se hace. Por ejemplo, los perros pasean por el campo y se clavan espigas y espinas en las patas, entre los dedos (claro, no llevan zapatos) pero también les entran en los oídos. Sinceramente no sé qué podríamos hacer nosotros para acabar con espigas dentro de nuestros oídos.
Por último, por supuesto que están las dolencias propias. Por ejemplo, las pandemias de Leishmaniosis, tan común en algunas zonas y la última en llegar al hogar, el oto-hematoma o hematoma auricular canino. La verdad es que es una visión un tanto desconcertante. Ves la oreja completamente inflamada y hasta el cartílago doblado y resulta que "solo" es una enorme bolsa de sangre. Y además causante es la propia can que no para de rascarse por culpa de posibles alergias o por las secuelas que la Leishmania tiene en su piel.
En fin, cuando tengamos aprobado primero de Veterinaria empezaremos con alguna otra. ¿Cuál? Ya lo veremos, dejemos que la vida nos sorprenda.
Un saludo, Domingo.
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