No debe ser fácil
Trabajo en una startup. No sé ahora mismo cuál sería la palabra en español. Es una pequeña empresa tecnológica que comienza y que, a partir de una idea a la que se le presupone un gran futuro, quiere convertirse en una grande. Quien vea la serie de televisión Silicon Valley, lo comprenderá mejor.
Una startup o una empresa que nace en general, debe tener unos inicios más o menos complicados. Esos inicios pueden ser más o menos duros dependiendo de quien ponga el dinero en la empresa en el momento inicial. Y eso es casi lo de menos porque lo más duro de esas empresas no suelen ser los inicios sino los finales. Pocas de esas potenciales grandes ideas tienen éxito. Eso significa también que hay alguien, otra empresa, un fondo de inversión, alguien con sus ahorros, pierde gran parte de lo que ha invertido.
Por el momento no parece que sea el caso de mi empresa. Tras una fuerte inversión los activos de la misma parece ser que podrían estar valorados en aproximadamente lo que llevan invertido. Vamos, que si llegara el caso alguien podría estar interesado en comprarla bien para seguir con la idea o bien, como pasa muchas veces, para que esta duerma el sueño de los justos.
Cuento esto porque mi empresa está en la fase final de una ronda de financiación que permitirá seguir con las actividades durante varios años. De ser así, todo se profesionalizará y gran parte del "amateurismo" que detecto, debería desaparecer. Sin embargo, existen otras posibilidades. Una de ellas es que la gente deje de creer en la idea o valore más la seguridad de otro tipo de empresa y abandone el barco. Sin personas o sin algunas personas clave, el proyecto podría retrasarse varios meses o incluso un año.
Ante esta situación, encuentro extremadamente importante cambiar la percepción. Primero la percepción interna, luego la percepción externa. Eso fue lo que comentamos en una reunión con el dueño de la empresa hace pocos días. No sé si lo entendió porque a todo esto hay que añadir la barrera cultural. Esa barrera cultural pudo también llevarle a dejar caer que quieren seguir en Málaga a pesar de que aquí los costes son un 30% más caros que en otros lugares. Por ejemplo, no hay ningún tipo de subvención por parte del ayuntamiento. Sin embargo, sonó a amenaza. Espero que no lo fuera porque de serlo y de extenderse esa sensación, quizás todo se convirtiera en profecía autocumplida.
La gente, sobre todos ciertos perfiles, no necesitan ir buscando trabajo, reciben propuestas de trabajo en su correo a todas horas. De hecho, durante la reunión yo mismo (que recibo ofertas pero no tantas) recibí un correo de una empresa que opera en el mismo edificio. Se la enseñé a mi jefe que además es mi amigo. Entiendo que él les habrá comentado la anécdota a los suyos.
Sin embargo, no debe ser fácil. Alguien que podría tener una vida relajada y decide montar una empresa tecnológica de futuro incierto simplemente porque cree en su idea, o bien está muy seguro de todo y es hasta casi un inconsciente o debe pasarlo mal sabiendo que el futuro profesional y personal inmediato de un buen puñado de gentes depende de sus decisiones. No, no debe ser fácil. No lo era para mi padre y él "solo" llegó a tener un par de autobuses y un par de empleados. Le costó la salud y no le hizo rico. Hasta diría que no le sacó de pobre. Hubiera vivido mucho mejor y con menos preocupaciones de ser asalariado.
Por eso mismo yo siempre tuve claro que, de poder evitarlo o al menos de no verlo muy claro, no sería empresario. Precisamente por eso, porque no debe ser fácil. No lo parece desde la barrera, menos aún desde la propia plaza con el morlaco resoplando y pateando el albero.
Un saludo, Domingo.
Una startup o una empresa que nace en general, debe tener unos inicios más o menos complicados. Esos inicios pueden ser más o menos duros dependiendo de quien ponga el dinero en la empresa en el momento inicial. Y eso es casi lo de menos porque lo más duro de esas empresas no suelen ser los inicios sino los finales. Pocas de esas potenciales grandes ideas tienen éxito. Eso significa también que hay alguien, otra empresa, un fondo de inversión, alguien con sus ahorros, pierde gran parte de lo que ha invertido.
Por el momento no parece que sea el caso de mi empresa. Tras una fuerte inversión los activos de la misma parece ser que podrían estar valorados en aproximadamente lo que llevan invertido. Vamos, que si llegara el caso alguien podría estar interesado en comprarla bien para seguir con la idea o bien, como pasa muchas veces, para que esta duerma el sueño de los justos.
Cuento esto porque mi empresa está en la fase final de una ronda de financiación que permitirá seguir con las actividades durante varios años. De ser así, todo se profesionalizará y gran parte del "amateurismo" que detecto, debería desaparecer. Sin embargo, existen otras posibilidades. Una de ellas es que la gente deje de creer en la idea o valore más la seguridad de otro tipo de empresa y abandone el barco. Sin personas o sin algunas personas clave, el proyecto podría retrasarse varios meses o incluso un año.
Ante esta situación, encuentro extremadamente importante cambiar la percepción. Primero la percepción interna, luego la percepción externa. Eso fue lo que comentamos en una reunión con el dueño de la empresa hace pocos días. No sé si lo entendió porque a todo esto hay que añadir la barrera cultural. Esa barrera cultural pudo también llevarle a dejar caer que quieren seguir en Málaga a pesar de que aquí los costes son un 30% más caros que en otros lugares. Por ejemplo, no hay ningún tipo de subvención por parte del ayuntamiento. Sin embargo, sonó a amenaza. Espero que no lo fuera porque de serlo y de extenderse esa sensación, quizás todo se convirtiera en profecía autocumplida.
La gente, sobre todos ciertos perfiles, no necesitan ir buscando trabajo, reciben propuestas de trabajo en su correo a todas horas. De hecho, durante la reunión yo mismo (que recibo ofertas pero no tantas) recibí un correo de una empresa que opera en el mismo edificio. Se la enseñé a mi jefe que además es mi amigo. Entiendo que él les habrá comentado la anécdota a los suyos.
Sin embargo, no debe ser fácil. Alguien que podría tener una vida relajada y decide montar una empresa tecnológica de futuro incierto simplemente porque cree en su idea, o bien está muy seguro de todo y es hasta casi un inconsciente o debe pasarlo mal sabiendo que el futuro profesional y personal inmediato de un buen puñado de gentes depende de sus decisiones. No, no debe ser fácil. No lo era para mi padre y él "solo" llegó a tener un par de autobuses y un par de empleados. Le costó la salud y no le hizo rico. Hasta diría que no le sacó de pobre. Hubiera vivido mucho mejor y con menos preocupaciones de ser asalariado.
Por eso mismo yo siempre tuve claro que, de poder evitarlo o al menos de no verlo muy claro, no sería empresario. Precisamente por eso, porque no debe ser fácil. No lo parece desde la barrera, menos aún desde la propia plaza con el morlaco resoplando y pateando el albero.
Un saludo, Domingo.
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