Algo habré hecho
¿Qué he hecho esta semana? Es lo que me he preguntado a la hora de empezar a escribir. Y no me he sabido responder. Al menos no inmediatamente. Así que mientras sí o mientras no, he pensado que algo habré hecho. Y ciertamente, algo habré hecho y si no podía acordarme es simplemente porque han sido muchas cosas.
En el trabajo la semana ha sido de esas de no parar, de crecimiento de enanos, de imprevistos y de no parar ...
Eso había escrito la semana pasada hasta que la Raspberry Pi se colgó. Creo que por tener en otra pestaña el pádel que estaba viendo mi hermano esperando la reanudación de la competición.
No recuerdo muy bien lo que seguía. Pero creo que era algo así como que había terminado de poner un calentador, había jugado al pádel un par de veces, había arreglado un par de cosas en el apartamento ... sin embargo, había llegado el sábado y, de primeras, no se me ocurría nada. Lo único claro es que algo debía haber hecho puesto que una semana no se pasa así como así.
Esta semana la impresión es muy parecida. Algo habré hecho. Y el balance es parecido. Además del trabajo (mucho trabajo pero con menos imprevistos), lo que queda de las tardes se va en tres o cuatro cosas. En este caso, estas cosas, son menos memorables que las de la semana pasada. También he jugado un par de tardes / noches al pádel, pero el resto de días ha sido más bien para descansar.
Es lo que va pidiendo también la temporada del año. Esta semana próxima empezamos octubre y con él, a no ser que algún gobierno lo arregle, el cambio de hora. Entonces saldré de trabajar ya por la noche y habrá menos ganas de hacer cosas.
Así pues, es previsible que las próximas semanas vaya repitiéndome. A no ser que haya cambios en el trabajo. Sin duda, esos son los que, pasada la semana, más fácilmente vendrán a mi cabeza. Esos son los que, pasada la semana, más fácilmente vienen a mi cabeza.
Tras los cambios organizacionales, diferentes personas de diferentes equipos han abandonado la empresa. En mi caso, soy el único del equipo que queda. Así que, evidentemente, al cabo de la semana hago muchas cosas, muchas de las cuales no hacía antes. Hay que ver cómo evolucionará la cosa. Por el momento la gente sigue creyendo en el proyecto pero la fe no durará siempre. Tendrán que verse movimientos desde arriba para que no sea solamente fe, para que no sean solamente esfuerzos personales.
Lo único bueno es que con cada gente que se va se abren dos posibilidades. La posibilidad de hacer un trabajo nuevo, por un lado, y por otro la de tener una puerta semiabierta en un futuro en caso de que hiciera falta.
Un saludo, Domingo.
En el trabajo la semana ha sido de esas de no parar, de crecimiento de enanos, de imprevistos y de no parar ...
Eso había escrito la semana pasada hasta que la Raspberry Pi se colgó. Creo que por tener en otra pestaña el pádel que estaba viendo mi hermano esperando la reanudación de la competición.
No recuerdo muy bien lo que seguía. Pero creo que era algo así como que había terminado de poner un calentador, había jugado al pádel un par de veces, había arreglado un par de cosas en el apartamento ... sin embargo, había llegado el sábado y, de primeras, no se me ocurría nada. Lo único claro es que algo debía haber hecho puesto que una semana no se pasa así como así.
Esta semana la impresión es muy parecida. Algo habré hecho. Y el balance es parecido. Además del trabajo (mucho trabajo pero con menos imprevistos), lo que queda de las tardes se va en tres o cuatro cosas. En este caso, estas cosas, son menos memorables que las de la semana pasada. También he jugado un par de tardes / noches al pádel, pero el resto de días ha sido más bien para descansar.
Es lo que va pidiendo también la temporada del año. Esta semana próxima empezamos octubre y con él, a no ser que algún gobierno lo arregle, el cambio de hora. Entonces saldré de trabajar ya por la noche y habrá menos ganas de hacer cosas.
Así pues, es previsible que las próximas semanas vaya repitiéndome. A no ser que haya cambios en el trabajo. Sin duda, esos son los que, pasada la semana, más fácilmente vendrán a mi cabeza. Esos son los que, pasada la semana, más fácilmente vienen a mi cabeza.
Tras los cambios organizacionales, diferentes personas de diferentes equipos han abandonado la empresa. En mi caso, soy el único del equipo que queda. Así que, evidentemente, al cabo de la semana hago muchas cosas, muchas de las cuales no hacía antes. Hay que ver cómo evolucionará la cosa. Por el momento la gente sigue creyendo en el proyecto pero la fe no durará siempre. Tendrán que verse movimientos desde arriba para que no sea solamente fe, para que no sean solamente esfuerzos personales.
Lo único bueno es que con cada gente que se va se abren dos posibilidades. La posibilidad de hacer un trabajo nuevo, por un lado, y por otro la de tener una puerta semiabierta en un futuro en caso de que hiciera falta.
Un saludo, Domingo.
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