Locura colectiva

Cada cuatro años hay mundial de selecciones. Cada cuatro años, campeonato europeo de selecciones. Obviamente no se solapan y al final cada dos años tenemos un mes de locura colectiva en el que cada vez que juega España (y alguna que otra cuando juega algún otro), el país se paraliza.

Ayer jugó España (la selección española de fútbol, para ser más exactos) contra Portugal (su alter ego portugués, naturalmente). Yo escuché el comienzo del partido por la radio en el coche. Vi unos minutos del final de la primera parte y otros pocos del final de la segunda en la televisión. Es una excepción, normalmente o escucho parte por la radio o no veo nada. Algo de los partidos importantes, quizás. Pero si no veo nada, tampoco pasa nada. Me alegro por mis compatriotas, esos que sí sienten estos eventos con esa importancia que a mí me cuesta darle. Por ellos me alegro y por ellos me entristezco. Debo reconocer que me gusta más ver hermanados a jugadores de Real Madrid y Barcelona que el partido de fútbol en sí. Bueno y en cierta forma también disfruto viendo a gente disfrutando.

Eso sí, pregunté ayer si alguien quería jugar al pádel a la hora del fútbol y nadie respondió. Hoy, en otro grupo, me han preguntado a mí si quería jugar al pádel el miércoles a pesar del otro partido y he dicho que sí. Es bastante probable que vayamos los dos solos. No me importará. Esta vez, disfrutaré por mí mismo, no por lo demás.

Un saludo, Domingo.

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