Tampoco es tan complicado

Esta semana vino el segundo profesional. Para ser exactos, esta semana conseguí que mandaran al segundo profesional. No sé por qué he tenido que pedirlo reiteradamente durante dos semanas, escuchando que si no era posible, que si tenía que aprobarlo la delegación provincial que si ... Al final, el lunes, la operadora menos agradable pero aparentemente la más efectiva, tramitó el cambio de profesional.

Este hombre, quizás el comercial de la compañía, me comentó lo mismo que hace años comentó un compañero de trabajo. En el mundo de las aseguradoras, el sistema no funciona porque esté bien diseñado, el sistema funciona a base de heroicidades personales. Individuos que deciden hacer bien su trabajo a pesar de que nadie les obligue y en muchos casos posiblemente sin que sea debidamente recompensado.

Yo podría hasta tolerar un cierto grado de incompetencia pero la demostrada en este caso es excesiva. Tampoco es tan complicado hacerlo bien. Tal como suele decir mi madre, cuesta el mismo trabajo hacerlo bien y hacerlo mal. En otro orden de cosas, circunstancias bastante diferentes pero con un factor común, un problema que tienes que gestionar, esta semana también he sido testigo de que se pueden hacer las cosas bien.

Personas que saben que deben dar explicaciones sin que nadie se las pida. Personas que saben que además de las explicaciones hay que seguir encima del problema, manteniendo informados a las personas interesadas. Lo único que espero en ese caso. Es por este motivo por el que estoy mucho más descontento con una gestión pésima de un problema relativamente fácil que con una gestión acertada de un problema relativamente complicado. Tampoco es tan complicado.

Un saludo, Domingo.